La Caja de Pandora

Quien dijo fácil.

Creo que cuando nos enamoramos dejamos de ser esas personas inteligentes y autosuficientes, y pasamos a ser unos simples novatos.
Cada uno con nuestras ideas y manías; formas de ser que ahora hay que conjugar con las de otra persona. Y parece fácil, pero sin duda no lo es.
La palabra «nosotros» es mucho más compleja de lo que parece y no se consigue tan fácilmente.
Enamorarnos nos asusta. Es así. Enamorarnos nos hace sentir cosas a niveles insospechados. Felicidad, celos, necesidad, confianza y diversos sentimientos que antes no eramos capaces de experimentar con tanta intensidad.
Debemos poner nuestra fe en la otra persona, y eso aunque es algo que nos hace sentir cómodos con la persona en sí, es algo que también nos da mucho miedo. Que conozca nuestros defectos, nuestras debilidades, nuestras manías. Que se dé cuenta de que cometemos errores, que no somos perfectos, nos da realmente pavor. Nos da pánico pensar que esa persona nos rechace. Y aún así, seguimos adelante como almas suicidas, a ciegas, dejándonos llevar. Confiar, y que pase lo que tenga que pasar.
Una vez que te enamoras, la decisión ya está más que tomada. Te aferras a esa persona y no vas a dejar que se marche tan fácilmente. Vas a luchar. Vas a dar lo mejor de ti. Porque reconozcamoslo, el amor siempre trata de sacar lo mejor de ti. Crea esa motivación interior de querer regalar a esa persona que te importa la mejor versión de ti. La quieres, sabes que se merece lo mejor y tú quieres ser ese alguien mejor.
El amor te cambia. Aunque quizá este término no sea del todo el adecuado porque no consiste en un cambio radical, no se produce de la noche a la mañana, no se trata de dejar de ser quien eres, no se trata de aparentar para agradar. No, ni mucho menos. Digamos entonces que el amor te hace progresar. Porque en realidad es eso lo que ocurre, te muestra puntos de vista distintos, te enseña, te hace experimentar y entonces es cuando tú mismo recolectas todos esos conocimientos y te empapas de las diferentes dimensiones con el fin de avanzar.
¿Quién dijo aquello de que el amor era el motor del mundo? Visto así ya no parece una idea tan descabellada.
El amor en parte es eso; es avance, es progreso y, sin lugar a dudas, es futuro.
Futuro. Creo que esta palabra toma más significado cuando estamos enamorados. Obviamente siempre nos preocupamos por el futuro y la mayoría de nuestros actos los enfocamos dependiendo de lo que esperemos de éste (estudios, trabajo…). No obstante, la palabra futuro, cuando estamos enamorados, se torna algo más diferente, toma otra perspectiva. Ya no es simplemente mi futuro, mi vida, mis sueños, mis expectativas. Ya no solo es tu camino sino que ahora es tu camino compatible al suyo.
Volvemos a lo que ya dijimos al comienzo; ahora debemos coger esas pinceladas de «yo» y combinarlas en un «nosotros». Quizá alguien se pregunte si eso no es coartar la libertad de la otra persona, crear dos «yo» cohibidos que tuvieron que amputar parte de sus sueños para poder adecuarse a un «nosotros».
Pues no. Eso no funciona así. Eso no es amor. El amor nunca reduce tus sueños sino que los incrementa. Añade una parte en ellos que antes no existía. El deseo de querer vivirlos contigo.
Y hoy, así, con esto se me viene la imagen de esa película a la cabeza. Image

Y me veo así, con mi frente apoyada en tu espalda, imaginando que aventuras nos deparará la vida. Esas ganas irrefrenables de querer vivirlo todo, y que me acompañes.

Que pasen los días y los años, que tengamos la suerte de poder seguir contando el uno con el otro. Cumpliendo sueños, como siempre quisimos, y con la fortuna de poder compartirlos con la persona amada.

De sobra sabemos que el amor no es cosa fácil pero merece la pena intentarlo. Yo ya he dado mi primer paso en este (nuestro) camino. Solo queda seguir caminado, paso tras paso, ir superando cada fase del camino de la mejor manera. Me gustaría decir que al final del todo hay recompensa, pero en verdad la mejor recompensa siempre es el propio camino.

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Y tras esto, decirte a ti que sé que estás leyendo esto un «¡sigamos caminando, payaso!» 😉

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